El Sentido de la Navidad...

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Creo que el sentido de la navidad va mucho mas alla de entregar objetos... creo que los objetos representan el Amor que queremos entregar a la personas que amamos para tratar de hacerlas felices.

Esta Navidad fue muy especial, porque hice un par de cosas que no había hecho nunca antes y fueron un verdadero regalo para mí...

Fui a ayudar de voluntaria a una ONG (Organización No Gubernamental) llamada World Vision. Mi tarea -y la del resto de los voluntarios- era abrir los regalos que mandaba la gente para los niños más pobres del sur, revisar que fueran aptos para niños, "archivarlos" en el computador y mandarlos a la dirección correcta. Además de que el trabajo por una buena causa me gustó, conocí mucha gente buena y simpática con mis mismas inquietudes...

Vagamente cruzó por mi mente el pensamiento de que además de ayudar aliviando la pobreza de la gente, también debería ayudar a corregir las causas de la pobreza...

Al final hubo una linda fiesta de Navidad para los niños de la comuna de Renca. Me llamó la atención una linda niñita de casi dos años, la misma edad que mi hermanita menor, que era muy tierna y bonita. La tomé en brazos y para mi sorpresa pesaba prácticamente la mitad de lo que pesa mi hermanita. De pronto, pensé que ella podría ser mi hermana y yo podría estar viviendo en Renca... y me sentí muy afortunada por las oportunidades que he tenido en mi vida. Creo que si la vida te ha dado las oportunidades para recibir una buena educación, deberías tratar de contribuir en algo para que todos puedan tener la misma fortuna que tú.

Al momento de repartir los regalos, los organizadores se dieron cuenta de que se habían traspapelado, por lo que hubo niños que se quedaron sin nada. Observé que un chiquitito de ocho años estaba sentado solito y triste... no tenía regalo mientras el resto de los niños abrían los suyos con mucha emoción. Sentí un nudo en la garganta y les dije a los organizadores que quedaba un niño sin regalo, pero solo me respondieron "bueno, pero la mayoría sí tiene".

Luego, estábamos ordenando cuando apareció un grupo de niños y nos preguntan si no quedaba nada para ellos. Habían sobrado dulces y yo estaba llevando una bolsita para mi hermanita, pero sentí que el corazón se me encogía cuando los organizadores les digieron que sólo los que habían venido a la fiesta tenían derecho a comer. Movida por una profunda emoción, fui hacia ellos y les di mi bolsita, pidiéndoles que compartieran entre todos. Los organizadores vieron mi acción y tomaron rapidamente las bolsitas de dulces que sobraron, las repartieron entre todos y cerraron la puerta para que no llegaran más niños. La verdad, en general su actitud me pareció demasiado fría.

Por otro lado, el concepto de "niños pobres" siempre había sido muy abstracto para mí, hasta que con mi familia, decidimos ir a recoger las cartas que los niños le mandaban al Viejito Pascuero y servir de "ayudantes" en el correo... Recogimos dos cartas. Así, salimos a buscar un coche para una guaguita que se llamaba Matías y algún juguete para un niño llamado Jan.

Así, comprobé con mis propios ojos que el concepto de pobreza no era nada abstracto. Matías y sus hermanos, de la comuna de Renca, viven en unas condiciones sanitarias inaceptable. Su patio está lleno de barro donde los niños juegan y huele fatal. Una sandía está expuesta al calor del verano, negra por todas las moscas que la rodean. La casa es algo más que unos cuantos palos apilados. Y Matías... Matías es una guagua muy hermosa. En ese momento sentí una profunda pena por él... Es sólo un bebé y ya está marcado por la predestinación social. ¿Qué culpa tiene para estar viviendo así? ¿Por qué no puede llegar a ser un médico? La gran mayoría no puede elegir... y ese bebé hermoso es la prueba más concreta. En estos momentos, mi corazón se encoge al recordar sus bellos ojitos llenos de alegría y su sonrisita desdentada al ver el juguete que le trajimos: un patito que hacía "cuaak" cuando lo tocan.

Luego fuimos a la casa de Jan. Era una casa mucho más armada que la de Matías, y sus problemas son diferentes a los de Matías. Nos recibió la abuelita de Jan, que nos contó que les iban a embargar la casa y que ella debía hacerse cargo de Jan porque la mamá de Jan murió de cáncer. Tambien nos contó que Jan tenía leucemia y que sobreviviría uno o dos años más si se hacía un tratamiento muy caro. Entonces entró Jan jadeante y expectante por ver qué le había traído el viejito pascuero. Estaba muy impresionado, sin palabras, casi pasmado y solamente atinaba a sonreír con felicidad. Al saludar a un tío de Jan, nos dimos cuenta de que estaba ebrio... la abuelita debe estar pasándolo muy mal con un hijo que no la ayuda y la carga de un niño que debe costearse un tratamiento...

Al ver a Jan y saber que iba a morir sentí ganas de llorar, ganas de que pudiera disfrutar de la vida un poco más, ganas de que nada de todo esto fuera real y que no existieran niños como Matías o Jan, ganas de que todo fuera un sueño y todos los niños pudieran estudiar, jugar, reir y ser lo que quieran ser cuando crezcan...

Una vez en el auto, miré por la ventana y contuve las lágrimas de tristeza, que eran algo ásí como la culminación del proceso que viví esa semana: trabajando primero con la pobreza en abstracto (voluntariado en World Vision) y luego vivenciándola en los ojos de esos niños...

Yo no quiero ayudar solamente a Jan y Matías, quiero que no exista ningún niños que deba vivir en esas condiciones, quiero que todos tengan la misma calidad de vida, que puedan ser felices, sanitos y vivir con una familia que los ame... Tengo la certeza de que si muchas personas se unen a este sueño, es inevitable que algún día se lleve a cabo...

Feliz Año Nuevo y que éste venga lleno de esperanza para los que más la necesitan.

PD: Hacía mucho tiempo que no escribía, en parte porque no me había pasado nada interesante ni se me había ocurrido ninguna idea "genial" o loca y porque estaba en las pruebas finales de III medio. Espero que aún quede alguien que se de una vueltecita por aquí...