Esperanza

5:35 Edit This 3 Comments »
Por "coincidencias" de la vida, mi madre pasó el terremoto en Chillán, porque quiso acompañar a mi padre a hacer trabajo social entre los niños de escasos recursos mediante la ONG World Vision...

Cuando volvió, le expresé mi pena frente a las desgracias de todos los que han sufrido las consecuencias del terremoto y ella me contó lo siguiente:

Estaba repartiendo leche, cuando se me acerca un niño de unos seis años. Desolado, me miró y dijo:
-Se cayó todo.
Tratando de aliviar su dolor le pregunté:
-¿Qué haces después de que te bajas los pantalones?
-Me los sube- dijo el niño y se quedó unos minutos en silencia, pensando. Luego, su rostro se iluminó y con una sonrisa me dijo:
-¡Ah, ya entendí! ¡O sea que voy a poder tenerlo todo de nuevo!
-Sí... vas a volver a tener una casa.

El niño se alejó con una esperanza nueva brillando en sus ojos.

Siento que hay que trabajar todos unidos para que la esperanza de este niño y muchos otros se cumplan. Todos somos uno, siento tanto la pena como la esperanza del niño.

3 comentarios:

Mauricio Romashov dijo...

Que bonito lo que cuentas :)

Mujer de agua dijo...

la esperanza es lo ultimo que se pierde...

mucha fuerza!

Anónimo dijo...

FEliz Cumpleanos hermosa, te deseamos de todo corazon tu familia desde California