Educación: "Igualdad de Oportunidades"

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Educación: "Igualdad de Oportunidades"

En mi colegio se nos dio una opción muy linda: podíamos ir a una escuela rural en Quinchamalí (cerca de Chillán, Chile) a ayudar a unos niños de octavo básico y a colaborar con la infraestructura. Yo fui desbordante de felicidad, pensando que sería una gran ayuda para estos niños. Pero me equivoqué: yo aprendí más de estos niños de lo que ellos aprendieron de mí.

Al llegar, recibimos una gran y calurosa bienvenida. Todos los niños querían conocernos y nos miraban llenos de ilusión. Cada uno tenía que asesorar a un niño. A mi me tocó Jean Paul (lo nombro sólo para dejar constancia que existió un niño simpático y capaz que si hubiera nacido en otro contexto...).

Antes de todo, me mostró sus cuadernos: tenía como tres y ni una palabra escrita, tan solo dibujos estilo animé, que por lo demás eran bastante buenos. Me contó que quería ser médico cuando creciera, pero no supo explicarme por qué esa profesión en particular.

Ninguno de estos niños se sabía las tablas. En octavo básico no se sabían las tablas de multiplicar ni dividir y contaban con los dedos para sumar y restar. Escribían con una ortografía desastroza: "esperansa", "anelo", "sicatris", etc. Niños de octavo básico, en el umbral de la enseñanza media. Simpáticos. Alegres. Capaces. Inteligentes. Llenos de Vida. Aspiran a ser médicos, abogados o ingenieros.

En clases, los profesores jugaban con el celular debajo de la mesa, mientras los alumnos se pasaban las pruebas sin control alguno.

La comida era mala y escaza, pero los niños comían con avidez y comentaban la gran cantidad que les servían tan sólo porque etábamos nosotros.

Hablamos con el Alcalde de Chillán sobre esto, y el muy oportunista trató de hacer como si el esfuerzo fuera de él ante los medios de comunicación de la TV local. Pero le dijimos indignados que los niños de octavo, llenos de ilusiones y esperanzas no sabían las tablas y que los profesores jugaban con el celular en clases. Y el murmuró que iba a hacer lo posible para cambiarlo, avergonzado.

Uno de los problemas de la educación chilena es que los profesores cumplen los contenidos al pie de la letra, pasan la materia correspondiente y siguen adelante sin importarles si los niños lo aprendieron o no. Los profesores deben insistir hasta que se aprendan los contenidos básicos, no deben pasar la materia sólo por cumplir con el programa, estamos hablando del futuro de los niños chilenos, de gente llena de Vida, tal vez mucha más Vida que cualquiera de nosotros, sólo basta con mirarlos a los ojos.

La alegría era el estado habitual de estos niños, vivían felices, rebosantes de Vida. Reían a pesar de todas las adversidades que vivían. Sus madres de desvivían para antenderte. Te regalaban lo que tenían a mano. Un simple comentario del tipo "que lindo eso" las hacía saltar y ofrecértelo. Y debías aceptarlo. Cuando vinieron de visita a nuestro campamento y les dimos golocinas, les brillaban los ojos y comían como si se les fuera la vida. Y uno sólo podía ofrecerles más.

Pero esta alegría e inocencia se contradice con el contexto en que viven. Un niño le ofreció droga a un compañero. Otro le preguntó si quería acompañarlos a robarle el dinero de la jubilación a los abuelitos. Estos niños no son malos. Sólo que no conocen otro modo de actuar, no saben qué más hacer: roban cerezas de los vecinos, se drogan... Esto es algo que la "justicia" no reconoce: un niño que desde pequeño ha vivido en una realidad que lo empuja hacia estas conductas y que luego comete un robo no merece pudrirse en la cárcel. Merece que le enseñen que ese no es el modo correcto de actuar, que le muestren el camino. Pero eso nadie lo entiende. Y los meten a la cárcel, donde salen y no han aprendido nada.

Esta gente humilde y esforzada es un ejemplo para la humanidad: a pesar de todas sus adversidades y dificultades, vive feliz. ¿Cuál es la causa de su felicidad? Si tan solo miras a uno de ellos a los ojos ves la Vida en ellos y ves, efectivamente, que la Vida es Bella.

Debemos hacer algo por cambiar su realidad, partiendo por la igualdad de oportunidades que nace en el derecho de todas las personas a una buena educación. Estos niños no tienen oportunidad de salir bien en la prueba de selección universitaria a menos que hagamos algo al respecto. Si no, su futuro está en seguir robando y pasar anónimamente el resto de su vida, como una gran masa llamada El Pueblo, incomprendidos por el sistema: "asociales", "lumpen".

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