Revoluciona Tu Interior

En una de las vueltas de la vida, conocí a un adulto (recalco esta palabra porque generalmente, los adultos estarán de acuerdo con éste individuo) con el que teníamos constantemente esta clase de conversación:

-La vida es dura, chiquillos-. Afirma él.
-No, profe, la Vida es bella.
-También, pero la vida es más dura que bella.
-Profe, parte de la belleza de la Vida está en que tiene desafíos de los que se puede aprender. - El individuo me queda mirando con cara de: "es una niña ingenua, ilusa, que no ha tenido que soportar nada serio, que tiene todo lo que quiere..., ¿qué sabe ella sobre la vida?"

Pues yo afirmo, y afirmaré siempre, que la Vida es muchísimo más bella que dura. Ahora diré por qué:

¿Qué sería de la Vida sin desafios? ¿Podríamos aprender las lecciones importantes de la Vida si no nos vieramos en un problema donde lo que sabemos hasta este minutos no sirviera para solucionarlo, teniéndo así que encontrar otra clase de conocimiento, de sabiduría?



-La vida es injusta.
-No, la Vida es completamente justa y siempre da a cada uno lo que merece y necesita.

Me explico. Si alguien ha llevado una vida materista, merece y necesita perderlo todo para darse cuenta de que eso no es lo más trascendental, ¿o no? ¿Acaso sería más justo que la persona siguiera igual de inconciente por el resto de sus días y que jamás se enterara de otras posibilidades?



-Bueno, pero, ¿qué culpa tiene un niño que no ha hecho nada y sin embargo nació en la calle y tiene habmre?

¿Culpa? Ninguna culpa. Tal vez, con esta experiencia aprenderá algo que le servirá para el resto de su vida. O tal vez servirá para que tu te des cuenta, al mirarlo a los ojos, que la sociedad necesita un cambio. Un cambio de forma de pensar, un paso a la solidaridad. Tal vez la misión de aquel niño es de hacer que nos demos cuenta de que estamos a solo un paso de vivir una vida más plena y llena de Amor, tan solo cooperando en vez de compitiendo, tan solo dejando de gastar recursos en nuestra autodestrucción (guerra) y empezar a gastarlos en educación (cuando digo educación me refiero no a aprender datos de memoria, sino de educarnos en valores como mejores personas). El por qué de las cosas no siempre está claro, pero las veces que he podido vislumbrar el por qué de las cosas que me han pasado a mí, me he dado cuenta de que tooooodas han sido justas, y, más aun, necesarias. Es cosa de dejar de ponerse como la víctima y pensar... ¿por qué me pasa esto? ¿Qué lección de Vida debo sacar? Al sacar la lección de Vida, las cosas vuelven a mejorar, ya que la "mala" experiencia solo es para aprender (por experiencia propia)



-Bueno, pero... ¿dónde quedó la belleza?

¿Es que aun no lo entiendes? ¿No vez la perfección en todo lo que ocurre? ¿No te das cuenta de que tooodo tiene un fin -aunque muchas veces no seamos capaces de encontrarlo hasta más tarde-? ¿No vez la perfección de una hoja, el aroma de una flor, el sonido de los pájaros? ¿No es maravilloso que seamos capaces de ver, oler y oír? ¿Y eso no es belleza?
Hay gente que al contemplar un cuadro se emociona ante su belleza... y ante la vida queda indiferente, sin saber que el mundo es un cuadro de amor hecho por El Amor mismo.


Pero todo es tan habitual, que lo pasamos por alto, no nos damos cuenta, no somos concientes del mundo ni de nosotros mismos. Tenemos una exelente opinión sobre nosotros, cuando en lo más recóndito de nuestros pensamientos -sin que nisiquiera lo sospechemos- se urden planes asesinos, egoistas y tramposos. No somos concientes de lo que pensamos. No somos concientes de lo que hacemos.

-Ahora mismo, tu, dime qué estás haciendo.
-Eh... nada....
-¿Nada? ¿Qué no te das cuenta? ¡Estás respirando! ¡Estás viviendo! ¿Te parece poco? ¿Vivir no es nada?



No somos concientes al caminar, lo hacemos sin darnos cuenta. No somos concientes al oir cantar a los pájaros ni somos concientes del aroma de una naranja cuando la mordemos. Apenas sí somos concientes de su sabor.

Hagamos la prueba. Respiremos concientemente, sintamos concientemente. Vivamos concientemente. Dejemos un momento de pensar y solo sintamos la vida, la unidad, sintamonos a nosotros mismos, a nuetro yo elevado.

La Vida es Bella, es más Bella que dura, solo que nosotros, inconcientes, no nos damos cuenta.