Trabajadoras Chilenas
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Trabajadoras Chilenas
En mi colegio se nos dio una opción: podíamos pasar una semana trabajando en una empresa para entender y comprender desde dentro el mundo laboral. Yo fui al Hotel Lyon. Al principio me pareció una pérdida de tiempo, pues dudé que en un lugar así podría aprender algo. Pero me encontré con un grupo de personas cálidas, humildes, esforzadas y risueñas, que me enseñaron su realidad... seguramente la futura realidad de los niños de Quinchamalí si no hacemos nada al respecto (la interrogante es ¿qué podemos hacer nosotros, simples mortales?).
Estas amigas mías, tan esforzadas, me demostraron (empíricamente) que la felicidad es una elección en una de nuestras conversaciones: A pesar de que ellas creen (equivocadamente) que la Vida es más dura que Bella, viven felices... porque están más cerca de su Yo superior (o divino si lo queremos llamar así) y saben en el fondo de su alma (o corazón) que la Vida es Bella... como lo saben los Niños, que son incapaces de expresarlo, pero lo saben. Están más cerca del Amor que muchas personas importantes de nuestra sociedad y ciertamente mucho más cerca que los "científicos genios" que trabajan inventando armamentos. A pesar de trabajar durante todo el día y tener un domingo por medio libres, son gente alegre.
Estas personas no tienen otro plan de Vida que seguir con lo mismo hasta la jubilación: seguir cocinando, lavando platos, haciendo camas, sacudiendo polvo y limpiando baños ajenos. Y sin embargo son felices... cuándo mucha gente vive sumido en la depresión con muchos menos problemas que ellas.
Pero no debemos ser pesimistas: eso no sirve. Debemos ayudar, debemos cambiar su realidad, sólo nosotros tenemos el poder y el deber de hacerlo. Debemos darle la oportunidad de llevar una buena Vida, pero sobre todo, darle oportunidad a sus hijos de asistir a una escuela de calidad donde pueda sacar la profesión que él quiera estudiar, para que pueda surgir y, por qué no, aportar algo al mundo en el sentido de contribuir a la verdadera ciencia (que busca el bien de la humanidad, no la destrucción de la misma, porque si no, no es ciencia), al arte, a la educación, etc.
Pero, ¿qué podemos hacer nosotros, simples mortales? No lo sé, sólo sé que no podemos ver como el mundo gira sin nosotros serle útil. No podemos quedarnos de brazos cruzados y murmurar (como muchos adultos): "es inevitable, no hay solución". Pero no hay problemas sin solución, porque la finalidad de los problemas es ser solucionados. Debemos actuar ahora mismo.
En mi colegio se nos dio una opción: podíamos pasar una semana trabajando en una empresa para entender y comprender desde dentro el mundo laboral. Yo fui al Hotel Lyon. Al principio me pareció una pérdida de tiempo, pues dudé que en un lugar así podría aprender algo. Pero me encontré con un grupo de personas cálidas, humildes, esforzadas y risueñas, que me enseñaron su realidad... seguramente la futura realidad de los niños de Quinchamalí si no hacemos nada al respecto (la interrogante es ¿qué podemos hacer nosotros, simples mortales?).
Estas amigas mías, tan esforzadas, me demostraron (empíricamente) que la felicidad es una elección en una de nuestras conversaciones: A pesar de que ellas creen (equivocadamente) que la Vida es más dura que Bella, viven felices... porque están más cerca de su Yo superior (o divino si lo queremos llamar así) y saben en el fondo de su alma (o corazón) que la Vida es Bella... como lo saben los Niños, que son incapaces de expresarlo, pero lo saben. Están más cerca del Amor que muchas personas importantes de nuestra sociedad y ciertamente mucho más cerca que los "científicos genios" que trabajan inventando armamentos. A pesar de trabajar durante todo el día y tener un domingo por medio libres, son gente alegre.
Estas personas no tienen otro plan de Vida que seguir con lo mismo hasta la jubilación: seguir cocinando, lavando platos, haciendo camas, sacudiendo polvo y limpiando baños ajenos. Y sin embargo son felices... cuándo mucha gente vive sumido en la depresión con muchos menos problemas que ellas.
Pero no debemos ser pesimistas: eso no sirve. Debemos ayudar, debemos cambiar su realidad, sólo nosotros tenemos el poder y el deber de hacerlo. Debemos darle la oportunidad de llevar una buena Vida, pero sobre todo, darle oportunidad a sus hijos de asistir a una escuela de calidad donde pueda sacar la profesión que él quiera estudiar, para que pueda surgir y, por qué no, aportar algo al mundo en el sentido de contribuir a la verdadera ciencia (que busca el bien de la humanidad, no la destrucción de la misma, porque si no, no es ciencia), al arte, a la educación, etc.
Pero, ¿qué podemos hacer nosotros, simples mortales? No lo sé, sólo sé que no podemos ver como el mundo gira sin nosotros serle útil. No podemos quedarnos de brazos cruzados y murmurar (como muchos adultos): "es inevitable, no hay solución". Pero no hay problemas sin solución, porque la finalidad de los problemas es ser solucionados. Debemos actuar ahora mismo.
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